En este artículo te contamos cómo es nuestro proceso creativo de diseño aplicado, sustentado por teorías de la semántica, la comunicación visual y el pensamiento de diseño, y aterrizado en proyectos reales.

Todo parte de una necesidad, pero esa necesidad debe ser comprendida. En esta primera etapa definimos el requerimiento (R), tal como lo plantea Stuart Pugh, y clarificamos los objetivos, las audiencias, los retos y los contextos. Usamos herramientas como entrevistas, mapas de empatía, fichas de contexto y sesiones de cocreación.
Ejemplo aplicado: En el proyecto “ELSAH”, una plataforma web para procesos de contratación, iniciamos por entender los flujos reales de las entidades y los problemas de trazabilidad en procesos existentes. Ese entendimiento definió toda la arquitectura UX.
El diseño no ocurre en el vacío. Aplicamos un enfoque semántico y cultural: analizamos referentes visuales, tecnológicos, y simbólicos. Nos apoyamos en la semiosis de Peirce y la perspectiva de Krippendorff para analizar cómo los signos son interpretados.
Ejemplo aplicado: En la campaña “Concierto por la Vida”, analizamos cómo los signos visuales de la resistencia social, la música y la protesta eran interpretados por diversas audiencias. Esto nos permitió diseñar piezas visuales potentes sin caer en el lugar común.
Es el momento de abrir caminos. Aplicamos pensamiento abductivo (Charles S. Peirce) para proponer ideas conceptuales que respondan a lo hallado. Construimos ideas-fuerza, conceptos visuales, estructuras narrativas y sistemas gráficos.
Ejemplo aplicado: Para la identidad visual de “Fiesta Feroz”, partimos de un concepto de mestizaje musical y visual. La idea de fusión dio paso a una gráfica ecléctica, colorida, vibrante, que muta cada año según el line-up.
Aquí empieza la parte visible. Diseñamos logos, sistemas de marca, piezas digitales, animaciones, interfaces, experiencias. Todo con foco en la funcionalidad y el carácter. Aplicamos modelos como FBS (Function-Behaviour-Structure) para garantizar que cada elemento tenga una razón de ser.
Ejemplo aplicado: En la aplicación móvil “Multiple“, creamos una experiencia de postulación a eventos laborales simple, visualmente clara y categorizada por especialidad, diseñada en función de la usabilidad y la conversión.
No todo es pantalla. Exportamos, programamos, montamos, transmitimos. Y también entregamos manuales, guías de estilo, sistemas escalables. La claridad en esta etapa es clave para que el diseño funcione en el tiempo.
Ejemplo aplicado: En los trailers de atención ciudadana, diseñamos espacios itinerantes modulares, con señalética adaptativa y materiales gráficos que pueden imprimirse localmente, garantizando sostenibilidad y replicabilidad.
El diseño no termina con la entrega. Medimos, analizamos, aprendemos. Re-formulamos. En la tesis de Julián Laverde en SIGRAP se propone que el diseño es una conversación continua entre quien diseña y quien usa. Por eso, dejamos abierta la puerta a iteraciones y mejoras.
Ejemplo aplicado: En “ELSAH”, tras el despliegue inicial, ajustamos los formularios y la navegación a partir del comportamiento de usuarios en tiempo real.
Nuestro proceso no es una receta. Es un marco vivo que nos permite crear soluciones funcionales, bellas y con impacto. Creemos que el diseño, como dice Laverde, “es una acción situada que busca transformar realidades”.
Así trabajamos en Autorun. Con pensamiento, con método, con pasión. Y con la convicción de que el diseño, cuando está bien hecho, cambia las cosas para mejor.